martes, 25 de junio de 2013

Esqueletos

Asistimos al espectáculo de tantos y tantos edificios por terminar, calaveras arquitectónicas que nos recuerdan al horror de los albores del Siglo XXI. Por aquel entonces (no hace tanto), la alegría de la construcción estaba ciega ante lo que ha llegado. Era, es, lógico: hacer por hacer sin sopesar las consecuencias nos ha llevado a esto.
¡Cuántas veces alertamos a unos cuantos alcaldes que nos miraban sin comprender! Por ello, alguno -algún alcalde, quiero decir- nos "largó", literalmente hablando: nos expulsaron como asesores municipales. Años después nos daban la razón. Pero ya es tarde, el daño está hecho.

- Derribar los horrores del pasado tal vez nos cueste muy caro. Dicen algunos que es "poco ecológico" y muy costoso económicamente.
- ¿Dejaremos a nuestros hijos y nuestros nietos esqueletos esparcidos por toda la geografía, como muestra de lo que fuimos?

¿Qué es más caro?
Dejo abierta la reflexión.