lunes, 29 de agosto de 2016

Irlanda: Dublin y "Darlas"


Desde el avión (me gusta hacer estas tonterías)

Aterrizamos en Dublín, donde pasé la primera y la última noche de este viaje (puente de la Inmaculada de diciembre de 2015), ciudad que ya había pisado aunque levemente, allá por 2001. No había visto entonces el Museo del Escritor que esta vez se encontró conmigo casi sin buscarlo. Las mejores cosas suceden en la vida así, ellas te encuentran (?)
Así que me lo recorrí enamorada de la calidad y cantidad de autores irlandeses. También del espacio, salpicado aquí y allá de interesantes cuadros, objetos o esculturas.
Interior del Writer´s Museum

Después, fui en tren a través de la campiña irlandesa hasta Thurles, pequeña ciudad al sur de la capital, donde estaba estudiando mi amiga Anabel. Ya en el tren, observé que había letreros en gaélico y que la pronunciación de la zona se debe a esta lengua. Es un idioma casi perdido, de origen celta, ahora obligatorio en las escuelas. Fue uno de los puntos de negociación en la paz que puso fin a la guerra terrorista.
Apenas se distingue: un cartel de la carretera indica "Darlas" junto a la palabra Thurles


De Thurles podría hablar de su balneario, de su centro pequeño y coqueto, de las estupendas tartas de manzana, de la iglesia, pero sobre todo, de la alegría de Anabel que fue el auténtico motor de este viaje. Aunque una aprovecha para ver todo lo visible y hasta lo invisible...

Interior de la Iglesia de Thurles, de la que tal vez, hablaré en otra ocasión.