lunes, 20 de enero de 2014

La mezquita

Sólo por ella, aunque fuera sólo por la Mezquita, merece la pena visitar Córdoba.
Desde el Patio de los Naranjos se observa la torre, antiguo minarete transformado en campanario.
Impresionan tantos pórticos, ninguno igual a otro. Artesanía pura. No encuentro ahora la foto de los tres tipos de arco en el mismo vano, pero ya aparecerá.
Y chocan las imágenes cristianas entre ese ambiente tan musulmán, pero... A pesar de la tolerancia que predican las religiones, todas pretenden ser la única y verdadera. Como si no fueran todas más o menos lo mismo.
Las lámparas marcan y refuerzan la perspectiva, como dijo Javier Vellés en otro caso completamente distinto...

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